miércoles, 15 de enero de 2014

La cavitación y el drenaje linfático son un tandem ganador

Esta semana en Novastetic hemos decidido que nos apuntamos a las rebajas. El jueves 16 y el sábado 18 de enero, (en nuestro horario habitual, de 10 a 20h) os vamos a ofrecer los siguientes tratamientos a tan sólo 20 euros la sesión:

- Radiofrecuencia Facial
- Radiofrecuencia Corporal.
- Cavitación + Drenaje Linfático

En nuestro post anterior, ya os hablamos de los beneficios de la radiofrecuencia, así que ahora es el turno de la cavitación y el drenaje linfático.

La cavitación es un tratamiento ya consolidado en el universo de la medicina estética. Se le comenzó denominando como “la alternativa a la liposucción” por los buenos resultados que ofrece en cuanto a reducción de volumen sin  tener que pasar por el quirófano y evitando el dolor post-operatorio de una cirugía. Con unas cuantas sesiones se consigue unos resultados fabulosos.
Esta técnica elimina la grasa mediante la aplicación de ultrasonidos a través de un cabezal en contacto con la piel al que se le añade un gel que actúa como conductor. Estos ultrasonidos producen microburbujas que rompen las células grasas en la capa adiposa. La grasa pasa entonces a ser metabolizada por el torrente linfático y el cuerpo la expulsa de forma natural.   

Una de las ventajas que ofrece la cavitación es que se puede aplicar tanto en zonas grandes como los muslos o los glúteos, o en zonas más pequeñas (para deshacerse de la temida papada, por ejemplo o aplicada en las rodillas).

Pero no sólo es buena para reducir volumen, sino que también da buena cuenta de la celulitis. Para que sea realmente efectiva, el proceso debe de ir acompañado por un drenaje linfático posterior.

Por sí sólo, un drenaje linfático no es eficaz contra la celulitis ya que su finalidad es la eliminación de edemas de la linfa. La linfa es un líquido más denso que la sangre que se encarga de transportar por sus propios circuitos sustancias que no pueden atravesar las paredes de los vasos sanguíneos como los glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales. El motivo por el que este líquido termina por acumularse en ciertas partes del cuerpo es que no cuenta con una bomba que impulse la linfa (como es el caso del corazón en cuanto al torrente sanguíneo), sino que aprovecha las contracciones musculares.



La consecuencia de la acumulación de este líquido es generalmente la retención de líquidos, sensación de hinchazón o la pesadez de piernas o brazos.

El drenaje linfático consiste en la aplicación de movimientos concretos en las zonas a tratar. Tras una sesión de cavitación, no sólo vamos a reactivar nuestro sistema linfático (mejorando nuestra salud y de paso, también la apariencia y elasticidad de nuestra piel) sino que matamos dos pájaros de un tiro, ya que estaremos provocando la movilidad de los tejidos adiposos al mismo tiempo y favoreciendo su eliminación.

Para terminar, recordaros que aunque ya sabemos todos lo necesario que es beber agua todos los días (unos 2 litros), si os vais a someter a alguno de estos tratamientos, es imperativo hacerlo para ayudar al filtrado de las grasas.


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